Desde Lima, Perú, el Congreso de la República ha rendido un emotivo homenaje póstumo a Celia Cruz, la legendaria Reina de la Salsa, al otorgarle la Medalla de Honor en el grado de Caballero. Este gesto simbólico, coincidiendo con el centenario de su nacimiento, reconoce “su invaluable aporte a la música latina y su impacto trascendental en la identidad cultural afroamericana”, según expresó el presidente del Congreso, Eduardo Salhuana Cavides. La entrega forma parte de los muchos actos programados alrededor del mundo con motivo del centenario de la cubana universal.
Celia Cruz, nacida en La Habana en 1925, fue una de las voces más potentes y carismáticas de la música latina. Con más de 50 discos grabados y una carrera que la llevó desde los escenarios del Caribe hasta los más grandes teatros del mundo, su grito de guerra —“¡Azúcar!”— se convirtió en símbolo de orgullo afrocaribeño y alegría colectiva. Su obra sigue siendo referente obligado en la historia de la salsa y la cultura latina.
Omer Pardillo, custodio del legado de la artista y su máximo valedor como representante de la fundación que lleva el nombre de Celia, asistió al acto de entrega y agradeció al presidente del Congreso y al Consejo la alta distinción concedida, una Medalla de Honor que reafirma el legado eterno de la Reina de la Salsa. La ceremonia, cargada de música y emoción, reafirma que la voz de Celia Cruz sigue tan viva como siempre, inspirando a nuevas generaciones a través del arte y la identidad.