El cantautor y pensador panameño Rubén Blades vuelve a poner sobre la mesa un análisis lúcido y necesario sobre la compleja relación entre Estados Unidos y Venezuela. En su más reciente reflexión en La Esquina, Blades desmonta narrativas oficiales y recuerda que ni los discursos ideológicos ni los despliegues militares reemplazan el valor de la ley, la justicia y la verdad.
El músico subraya que los ataques en aguas internacionales no pueden justificarse bajo pretextos de seguridad. Señala que acciones unilaterales sin sustento jurídico terminan por agravar tensiones, alimentar mitos de poder y distraer a la opinión pública de los problemas que realmente aquejan a los pueblos.
Blades también denuncia la manipulación cultural ejercida por regímenes que intentan apropiarse de símbolos artísticos —como ocurrió con su canción “Tiburón”— para sostener relatos ideológicos. Una práctica que, en sus palabras, desvirtúa el sentido original de la obra y pervierte su mensaje.
Su mirada, siempre crítica y equilibrada, no se queda en la denuncia. Reivindica que la justicia restaurativa no se logra con misiles ni espectáculos mediáticos, sino con normas claras, respeto a los derechos humanos y voluntad real de diálogo.
La voz de Rubén Blades resuena más allá de la música. En medio del ruido de la geopolítica, ofrece una brújula ética que invita a repensar el rumbo de las naciones y el lugar de los ciudadanos en el escenario global.
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