El género caribeño más emblemático vuelve a llenar estadios, playas y congresos en América y Europa. El verano de 2025 marca un renacer histórico para la salsa.
Durante años, muchos habían dado por agotado el fenómeno salsero. El auge del reguetón y la bachata parecía haber relegado al género a la nostalgia de los coleccionistas. Pero el verano de 2025 derribó ese mito con una sucesión de festivales que reavivan la llama salsera en ciudades de México, Colombia, Estados Unidos, España, Islas Canarias y buena parte de Europa.
El sonido inconfundible del timbal y el son volvió a reunir multitudes en escenarios inesperados: playas convertidas en pistas improvisadas, plazas transformadas en auditorios y salones de congresos abarrotados por aficionados de todas las edades. Jóvenes y veteranos compartieron espacio y energía, confirmando que la salsa, lejos de apagarse, late con fuerza renovada.
México vivó del 13 al 15 de junio el Veracruz Salsa Festival. El icónico Salsódromo de Boca del Río, frente al Golfo de México, se transformó en epicentro del género. Tres noches intensas encabezadas por figuras legendarias: Óscar D’León, Gilberto Santa Rosa y Buena Vista All Stars, entre otros. Más que un concierto, el festival fue una declaración de intenciones: la salsa no solo resiste, sino que es capaz de convocar multitudes en un formato contemporáneo que combina talleres, exhibiciones y presentaciones multitudinarias.
Pocos días después, el ritmo viajó hacia el norte. Westchester, Nueva York, acogió el Salsa Fest Weekend 2025, un encuentro que celebró la herencia latina en Estados Unidos con Charlie Aponte y Los Adolescentes al frente de tres jornadas vibrantes. La Costa Este se convirtió en escenario de un reencuentro masivo entre la diáspora caribeña y su música de raíces.
En paralelo, Colombia, cuna de algunos de los mejores bailarines del mundo, replicó la energía en festivales locales. Allí, la tradición callejera y competitiva volvió a demostrar por qué el país es uno de los epicentros históricos del género: la salsa se vive tanto en tarimas como en parques y esquinas.
Europa no tardó en sumarse. En la costa catalana, el Latin Summer Edition convirtió Lloret de Mar -del 6 al 8 de junio-, en un gran laboratorio de ritmos latinos. Talleres de baile, conciertos al aire libre y fiestas hasta el amanecer hicieron del Hotel Evenia Olympic el corazón del evento.
A finales de mes, Santa Susanna acogió el SoulDance Bachata & Salsa Festival (27‑29 junio), que fusionó ambos géneros y atrajo a bailarines de todo el continente. Las playas mediterráneas se transformaron en escenarios improvisados donde la música no se detuvo durante días.
La ruta salsera se extendió como una gira espontánea por ciudades que hasta hace poco apenas figuraban en el mapa del género. Praga, Colonia, Manchester y Varna acogieron congresos y maratones de baile que atrajeron a públicos poco habituales. A finales de julio San Juan de Puerto Rico fue sede del Congreso Mundial de la Salsa, uno de los eventos más longevos, que ofrece no solo talleres sino conciertos en vivo y bailes sociales.
En el norte del continente, Estocolmo brilló en julio con el Pacífico‑Salsa Festival Sthlm. Su “Noche Cubana”, protagonizada por Calle Luna y Eusebio, convirtió el Club Colombia en punto de encuentro para bailarines escandinavos y aficionados internacionales.
A estos festivales se sumaron presentaciones de artistas consagrados como Rubén Blades, Willy Chirino, Lucrecia —con su homenaje a Celia Cruz—, Sonora Ponceña, Willie Colón y agrupaciones de Cuba, Colombia y República Dominicana. Juntos, lograron congregar a miles de seguidores en cada ciudad visitada.
Canarias: un clásico del verano
Si hubo un territorio donde la salsa vivió a renovar su devoción al género, ese fue el archipiélago canario. El Lustral Fest 2025 en La Palma dedicó su segunda jornada íntegramente a la salsa, el 26 de junio, con Marc Anthony como cabeza de cartel. El público llenó el recinto, confirmando el potencial de las islas como destino salsero emergente en Europa.
A principios de junio, la capital de la isla de La Palma reunió a miles de aficionados en La Gran Noche de la Salsa, con la presentación de Gilberto Santa Rosa, Los Van Van, Troveros de Asieta y Orquesta Changó. En Santa Cruz de Tenerife, el Cook Music Fest congregó el 19 de julio a Víctor Manuelle, Oscar D´León, Edwin Rivera, La India y El Gran Combo, entre otros, atrayendo a cerca de 15.000 personas en una jornada que ya se considera histórica para la música latina en las islas.
Y la agenda continúa: el 9 y 16 de agosto, las islas de Lanzarote y Tenerife recibirán a Andy Montañez, José Alberto “El Canario”, Grupo Niche e Iván Cacú y Orquesta, combinando talento local con nombres consagrados del género.
También este verano será el Homenaje Sinfónico a Fania en el Auditorio Nacional de Ciudad de México, el 14 de agosto. La propuesta unirá la potencia de una orquesta sinfónica con los clásicos del sello que definió la edad de oro de la salsa en los setenta. Una mezcla que promete emocionar tanto a melómanos como a nuevas audiencias.
La agenda internacional no termina en agosto. Lima se alista para recibir, el 20 de septiembre, uno de los festivales salseros más ambiciosos del año en el Estadio Nacional. Dos escenarios albergarán a figuras como La India, Víctor Manuelle, Tito Nieves, Jerry Rivera, José Alberto “El Canario”, Andy Montañez, Charlie Aponte, Tony Vega, Los Van Van, Luisito Carrión, Ray Sepúlveda, Rey Ruiz, Haila Mompié, Dimensión Latina, Hermanos Lebrón y Bobby Valentín. Una cita que promete marcar el calendario musical de 2025 y convertir a la capital peruana en epicentro del género durante una noche histórica.
Fenómeno en expansión
Lo que comenzó como una sucesión de festivales ha revelado un movimiento mucho más amplio: la salsa no solo revive, sino que se transforma y crece. Congresos especializados, formatos híbridos y colaboraciones con orquestas sinfónicas están acercando el género a públicos que nunca imaginaron bailarlo.
El verano de 2025 quedará en la memoria como el momento en que la salsa dejó de ser un recuerdo para volver a convertirse en tendencia mundial. Un renacimiento que suena a clave, trompeta y conga… y que, todo indica, no se detendrá. ¿Quién dijo que la salsa está muerta? Este verano ha sido una respuesta rotunda: está más viva, global y poderosa que nunca.