El 16 de julio se convierte cada año en una fecha especial para quienes amamos la música latina. Un día como hoy, en 2003, nos dejó físicamente la inigualable Celia Cruz, pero su legado sigue tan presente como su famosa exclamación: ¡Azúcar!
Celia no fue solo una voz poderosa. Fue un símbolo de resistencia, alegría y orgullo afrocaribeño. Con más de 50 discos, múltiples premios y el cariño de millones de personas alrededor del mundo, la cubana universal conquistó escenarios desde La Habana hasta Nueva York, pasando por toda América Latina y Europa.
Pero hay lugares donde su presencia se siente de forma especial. En Santa Cruz de Tenerife, una de las calles de la ciudad lleva el nombre de Celia Cruz. Es mucho más que un simple homenaje: es un recordatorio permanente de que su música y su espíritu traspasan fronteras, océanos y generaciones.
Ver su nombre en una calle tinerfeña no solo honra a la artista, sino que también simboliza el vínculo cultural entre Canarias, Cuba y toda América Latina. En esta esquina del Atlántico, Celia sigue viva: en las fiestas populares, en las emisoras que siguen sonando su “La vida es un Carnaval” y todos sus innumerables éxitos, y en cada corazón que se alegra al recordarla.
Más allá del 16 de julio
Aunque el aniversario de su fallecimiento nos lleva a recordarla con especial intensidad, Celia Cruz no necesita una fecha para estar presente. Su música sigue siendo la banda sonora de muchas vidas, y su figura inspira a nuevas generaciones de artistas y soñadores.
Desde Tenerife, desde Canarias, desde cualquier lugar del mundo donde se escuche salsa y se respire Caribe, gritamos su nombre con cariño y orgullo.
«Mi voz puede alegrar, puede hacer olvidar los dolores… y eso es un don de Dios.» – Celia Cruz
🌹 Gracias, Celia. Gracias por tanto. Gracias por siempre.