Rubén Blades ofreció en Miami una actuación que quedará grabada en la memoria de quienes colmaron el recinto. A sus 76 años, el panameño demostró que sigue siendo una fuerza arrolladora en el escenario, enlazando sin descanso una sucesión de clásicos como “Decisiones”, “Juan Pachanga” o “Sin tu cariño”, con la energía y la elegancia de quien conoce a la perfección los ritmos y las emociones del continente. La presentación se desarrolló en el Aseya Center y forma parte de su gira «Fotografías». Blades estuvo acompañado por la Roberto Delgado Orchestra.
Uno de los instantes más potentes de la velada llegó cuando, tras preguntar cuántos venezolanos había en el público, fue recibido por una multitud de manos en alto. Sin dudar, entonó “María Lionza” e improvisó una súplica directa a la diosa: que libere a Venezuela del régimen de Maduro. Más tarde, rindió homenaje a Héctor Lavoe con una vibrante interpretación de “El Cantante”, y recordó a Cheo Feliciano con un bolero cargado de respeto y nostalgia.
Blades también abrió espacio para su presente musical con “El Emigrante”, un tema de su nuevo trabajo «Fotografías», que resonó con fuerza entre quienes han tenido que dejar su tierra. Cerró con broche de oro al ritmo de “Pedro Navaja”, esa crónica hecha salsa que cambió las reglas del género. Fue, sin duda, una noche de celebración, conciencia y gratitud hacia un artista que ha sabido narrar la historia latinoamericana a través de canciones que no envejecen.